La magia del cine se tradujo la noche del martes en música al interior del Auditorio Nacional, cuando las composiciones que el estadounidense Danny Elfman realizó para varias películas de Tim Burton resonaron acompañadas de imágenes y dejaron, por primera vez en muchos años, escuchar su voz en una presentación.
Los recuerdos se inquietaron con la aparición del director de orquesta John Mauceri, quien con un traje negro estuvo al frente de la orquesta sinfónica nacional y el coro, para convertir notas musicales en verdaderos momentos cinematográficos que compartieron al coloso de Reforma.
Luego de un compilado de imágenes acompañadas con música hicieron referencia a las grandes películas y personajes del cineasta californiano, dio paso a la emoción juguetona del tema de “Las aventuras de Pee-wee y sorprendió a la audiencia con el poder del sonido de la orquesta.
Decenas de violines se sacudían vigorosamente para calmarse solo ante el sonido de un saxofón o un piano, que volvían a la calma la energía producida por la música que conducía a la imaginación de paisajes fantásticos.
Los aplausos de la concurrencia dominaron el espacio, cuando el nombre de Beetlejuice apareció en una pantalla central y el sonido del misterio entraba por los oídos y las imágenes de los dibujos que dieron vida a los personajes de la película circulaban.
El coro de unos 60 elementos, que acompañó a la sinfónica, unió su talento como un nuevo instrumento que clavaba la espina del suspenso realizado por los músicos, quienes seguían las composiciones de Elfman.
Con una mano en el pecho, el director de orquesta agradeció los aplausos segundos antes de que los sonidos de “El jinete sin cabeza“, retumbaran como una potente voz infantil.
El coloso de Reforma se impregnó de la presencia futurista al recordar “Marcianos al ataque“, que con sus coros parecía preparar a la audiencia para un movimiento malévolo en cada nota.
Al terminar, los aplausos y gritos de emoción pudieron escucharse una y otra vez hasta iniciar la revisión de “El gran pez“, que retomó un tema inspirador y conmovedor mientras los trazos de un genio se convertían en acción viva en las pantallas.
Tras cada canción, Mauceri agradeció al público presente y a la orquesta que se puso de pie en cada ocasión para dar paso a la acción reconocida por los fas, quienes de inmediato supieron que el tema siguiente era el “Batman“, filme de 1989, lo que celebraron.
La figura del director de orquesta parecía pequeña a comparación de los energéticos movimientos para dirigir a su grupo por veredas de intriga y calma, pero también de victoria al recrear un poco de la historia del enmascarado que defendió Ciudad Gótica.
Luego de veinte minutos de receso y tras la afinación de los instrumentos, el director de cabello blanco regresó con una ovación e inició el recorrido con temas del filme “El planeta de los simios“, que hicieron resonar trompetas ante el descubrimiento de personajes que marcaron la historia del cine.
Una sonrisa amigable por parte del director agradeció el aplauso del público, para luego poner al coro de pie y comenzar la interpretación de temas de “El cadáver de la novia“.
Ello sacudió a la audiencia conmovida por el piano, mientras lo instrumentos callaban por un minuto para volver a explotar en emoción.
Un cello melancólico marcó el inicio de la aventura de “Sombras tenebrosas“, que a través de su música narró la oscuridad y la tragedia.
Minutos después, la ternura pareció refugiarse entre sombras de un ser perdido y un hechizo que se desarrollaba en cada minuto de ejecución de la orquesta y trajo al repertorio momentos de “Frankenweenie”.
Los gritos de los asistentes dieron la bienvenida al recuerdo de El joven manos de tijera, que por unos minutos volvió a la vida a través de sus retratos y la música que lo vieron nacer.
Casi de la nada y vestida con un traje negro y cadenas, que hacían referencia a la película, la violinista Sandy Cameron se puso de pie al lado de Mauceri y arrancó los acordes más frenéticos a su instrumento.
Esto representó una muestra de talento singular, que fue reconocido por el público del recinto y por el propio director, quien besó la mano de la joven.
El plato fuerte se sirvió en las manos de “El extraño mundo de Jack”, pues su música llevó a los fanáticos a la alegría, al momento de recibir a Danny Elfman para interpretar los temas como si fuera un cuentacuentos, que con la habilidad de cerrar los ojos transmitió sentimientos con su voz.
Su carisma y la cuidada potencia de su voz se sincronizó con el personaje, que apreció en las pantallas y estremeció a los presentes hipnotizados por las manos del artista y los intensos gestos de sus ojos tras unos lentes amarillentos.
En pocos minutos, el antes líder de la banda Oingo Boingo ofreció una clase magistral de interpretación y se despidió de su público, de quien recibió un sombrero de Jack, el cual portó agradecido para luego regresárselo a su dueño.
Después, con gran humildad despidió a la orquesta y sus acompañantes, quienes a través de la música crearon los grandes filmes de Tim Burton en un recinto que estuvo en 70 por ciento de su capacidad.
Como un regalo, los temas de Alicia en el país de las maravillas resurgieron para contar sus hazañas a través de notas musicales. las cuales generaron emoción hasta el final del evento.
La presentación concluyó con Elfman en el escenario, quien de nuevo mostró el talento de su voz para llenar un concierto lleno de magia y fantasía, que solo el genio de Burton enmarcado por la brillantez este compositor pudieron ofrecer.