15 minutos antes de las nueve de la noche apareció Björk en el escenario del Coloso de Reforma. Explota la ovación. La cantante islandesa estaba lista para dejar al público mexicano boquiabierto.
Fue su debut en el Auditorio Nacional y acompañada de una orquesta completamente, inicia el show al ritmo de Stonemilker, de su más reciente disco Vulnicura. Los asistentes se entregan de un modo pocas veces visto, parece que la cantautora se ha convertido en una especia de artista de culto para los mexicanos.
10 mil asistentes no podían estar equivocados. “I love you Björk!” se escuchaba una y otra vez de extremo a extremo del recinto. A diferencia de la mayoría de los conciertos que se realizan en la Ciudad de México, sus seguidores no corearon, ni gritaron las letras de sus piezas, se trató más bien de un concierto íntimo, llego de magia y seducción. My soul torn apart, my spirit is broken y For our love kept me safe from death sonaron justo antes del intermedio (sí, como hace mucho no veíamos en un concierto). Shoot me beyond this suffer, Got down on her knees, the beast is back! y I’m a fountain of blood, in the shape of a girl sonaron durante la segunda parte de un espectáculo sin precedentes en nuestro país.
Tal vez sea que Björk Guðmundsdóttir, conocida simplemente como Björk, es realmente un prodigio musical; cantautora, multiinstrumentista, compositora y productora islandesa. Vocalista profesional desde los once años al publicar su álbum debut homónimo. Probablemente sea la Palma de Oro en el Festival de Cannes, quizá que ostenta el primer álbum de la historia en ser lanzado en formato “App-Álbum”, el cual es un eBook con objetos 3D interactivos, películas, animaciones y diagramas basado en datos científicos reales, con imágenes de la NASA, la Agencia Espacial Europea y la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial. Lo que sabemos a ciencia cierta es que esta, la primera vez de Björk en México, no será ni remotamente la última.