Wurst fue recibida en el aeropuerto de Viena por centenares de fans cantando la balada ganadora, “Rise Like a Phoenix“.
Antes del espectáculo del sábado, algunos sectores de Europa oriental fustigaron a Wurst, con algunas expresiones de que ella era un ejemplo de la decadencia occidental.
Sin embargo, Wurst dijo en una conferencia de prensa poco después de su llegada a Viena que incluso recibió elogios de sectores en Rusia. Eso muestra, agregó, que “no se puede reducir a un país a su tolerancia o su intolerancia”.
Wurst ganó el sábado la 59na edición del Concurso de la Canción de Eurovisión con una poderosa balada inspirada en James Bond. Fue la segunda victoria de Austria en el concurso. Ese país ganó también en 1966.
“Ayer fue una victoria no sólo para mí, sino también para quienes creen en un futuro sin discriminación y que se base en la tolerancia y el respeto”, dijo Wurst. El concurso del sábado “fue transnacional y no tuvo nada que ver con el este y el oeste”.
El presidente austriaco, Heinz Fischer, felicitó a Wurst, el alter ego de Thomas Neuwirth, de 25 años de edad.
En declaraciones citadas por la Agencia de Prensa de Austria, Fischer dijo que “no es sólo una victoria para Austria, sino sobre todo para la diversidad y la tolerancia en Europa”. Otros líderes políticos se sumaron a las felicitaciones.
Presionar las fronteras de identidad de género no es nada nuevo en el concurso anual de Europa, un evento en grande conocido por sus eclécticos y en ocasiones inaudibles ritmos techno, canciones de amor y melodías pop.
Wurst enfrentó algunas protestas antes de la competencia, lo que puso de relieve una escisión entre la parte liberal progresista de Europa y los valores tradicionales y retórica nacionalista de Rusia y algunos otros países participantes.