No es broma. Fue considerado el hombre más guapo del mundo en 1998. Hoy, es solo un recuerdo. Brendan Fraser, reconocido por haber encarnado al temerario Rick O’Connell en la exitosa saga de La Momia, ha incendiado las redes sociales con su radical (y aterrador) cambio físico.
Suponemos que fue la maldición de La Momia pero Brendan Fraser se encuentra en ruinas. Lo amamos como el musculoso George de la Selva y legó a embolsarse 12 millones de dólares por El regreso de la novia. Hoy es su regreso el que ha colapsado Internet.
Ha ganado (mucho) peso, luce desaliñado, prácticamente calvo y, sin duda, descuidado. Una transformación que seguramente está influida por el declive de su carrera profesional.
Tras varios fracasos en taquilla, Hollywood se olvidó de él. Entre sus últimos trabajos destacan varias películas independientes de bajo presupuesto y un papel secundario en la serie The Affair. Nada funcionó.
La década de los 90 lo llevó a la cima del éxito. En 1998 el actor protagonizaba junto a Ian Mckellen Dioses y monstruos de Bill Condon, filme ganador de un Oscar a Mejor guión.
En 2001 llenó sus arcas con el triunfo de El regreso de la Momia. Pero en 2008, con la tercera entrega de La Momia, La tumba del Emperador dragón, llegó el fracaso.
El 2010 todo empeoró. Ni acompañado de Harrison Ford pudo despuntar Extraordinary Measures. Una cinta inspirada en la historia real de John Crowley, un hombre que desafió el saber convencional y que arriesgó el futuro de su familia para conseguir que curasen a dos de sus hijos de una grave enfermedad.
Para el 2013, la guerra recién empezaba. El actor no podía imaginarse que Afton, su ex esposa, iba a pedirle cincuenta mil dólares al mes. Afton Fraser se convirtió en su peor enemiga.
Actualmente Fraser trabaja como actor secundario en series televisivas, si bien le va.