Caitlyn Jenner aceptó el miércoles el premio Arthur Ashe al Valor en la entrega de los ESPY, y pidió aceptación para otros transexuales.
La exdeportista recibió una ovación en pie de algunos de los astros más conocidos del mundo del deporte tras su discurso de 10 minutos, en la ceremonia anual para homenajear a los atletas y momentos más destacados del año.
“Esta transición ha sido más dura para mí que cualquier otra cosa que pueda imaginar“, dijo Jenner, que reveló estar en el proceso de convertirse en mujer en una entrevista con Diane Sawyer en abril para la televisora ABC.
En una alusión a su poder como celebridad, la campeona olímpica de decatlón de 1976 prometió: “Hacer todo lo que pueda para transformar la forma en que se percibe y trata a los transexuales”.
Abby Wambach, miembro de la selección estadounidense de fútbol que ganó la Copa del Mundo femenina, entregó el trofeo a Jenner, a la que se le atragantó la voz al dar las gracias a su famosa familia, incluyendo sus hijastras Kim y Khloe Kardashian. La hija más joven de Jenner, Kylie, parecía tener los ojos empañados, mientras que su hermana Kendall se enjugó una lágrima.
“Nunca quise hacer daño a nadie, especialmente a mi familia y mis hijos“, dijo Jenner, que admitió que hasta este año nunca había conocido a ninguna otra persona transexual.
Jenner no desfiló por la alfombra roja ante el Microsoft Theater en el centro de Los Ángeles y no apareció entre bambalinas para hablar con la prensa, como han hecho la mayoría de los receptores del premio. ESPN indicó que Jenner quería centrarse en sus palabras en el escenario.