Paola Pliego, esgrimista mexicana, decidió dejar de competir para el país y cambio su nacionalidad por la de uzbekistana; esto debido al poco apoyo que recibió en México.
Aseguró que en su país natal solo recibió el desprecio y desprestigio de dirigentes e instituciones deportivas; el principal obstáculo al que se enfrentó fue no haber sido inscrita en la Federación Mexicana de la especialidad, encabezada por Jorge Castro.
Pliego no pudo participar en Campeonatos del Mundo ni Juegos Centroamericanos; esto debido a una acusación en su contra en 2016, en el marco de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
Tres días antes de esto, le informaron que había dado positivo por modafinil, por lo que se le negó la oportunidad de competir;un mes después revelaron que la prueba había tenido un error.
El Laboratorio de la Conade fue suspendido durante ese año, pero el daño hacia el nombre y la carrera de Paola ya estaba hecho.
Carlos Padilla, presidente del Comité Olímpico Mexicano, se comprometió con ella a revisar su caso y ayudarla; eso nunca sucedió.
Esto fue lo que llevó a la esgrimista a aceptar la invitación del presidente de la Federación Internacional de Esgrima, Alexander Usmanov, quien le prometió incluirla en Tokio; así que decidió cambiar de nacionalidad.
A través de un comunicado compartido en sus redes sociales, Paola se despidió y expresó el amor y orgullo que siente por México pero la desilusión que las autoridades deportivas le causaron.
Además de Padilla, también mencionó al abogado Alfredo Castillo, y a Ana Guevara; de igual forma envió un mensaje de aliento y apoyo a sus compañeros atletas.