Muchos aseguran que los celos son una muestra de inmadurez e inseguridad, sin embargo, científicos han comprobado que existe una razón genética.
Además, especialistas han revelado que se trata de una función evolutiva, tanto de hombres como para mujeres.
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Según un grupo de psicólogos evolucionistas, los celos empezaron a evolucionar en la llanura africana hace alrededor de un millón de años.
“Los hombres cuidan la fidelidad sexual de sus mujeres para estar seguros al menos en parte de que sus descendientes, en los que invierten su energía, sean realmente sus hijos”. Así lo explicó la psicóloga Felicitas Heyne.
Señaló que las mujeres no quieren que sus parejas se diviertan con otras mujeres y las dejen a ellas solas con los hijos.
A su vez, Wolfgang Krüger, psicoterapeuta, indica que el principal desencadenado de los celos es el temor a que la relación se vea amenazada.
“La idea es que uno es el único para la pareja. Los celos surgen cuando este pacto no se cumple”, explica.
Por ello, considera que los celos no deben reprimirse, pues cuando son algo moderado puede ser una señal de lo importante que es alguien para su pareja.
Son dañinos cuando…
Cuando los celos se convierten en verdadera inseguridad y en dependencia extrema hacia la pareja no es sano.
“El origen de estos celos suele estar en una vivencia de la infancia basada en la idea de que los vínculos no son confiables”, explica Krüger.
A su vez, Rof Merkel, otro psicoterapeuta, comenta que no hay una medida para determinar cuando los celos se convierten en algo dañino; en gran parte depende de los integrantes de la relación y los límites que ponen.
De igual forma, indicó que los celos no siempre reflejan el estado de la relación, pues en ocasiones son temores adquiridos en el pasado.
Por ello, los especialistas recomiendan hablar para descubrir el origen de los celos. Especialmente si se convierte en un sentimiento corrosivo.