Un estudio científico de los Estados Unidos evaluó los efectos del ejercicio tras la aplicación de las dosis
En el mundo, ya hay 12 vacunas contra el COVID-19 autorizadas para uso de emergencia. A través de ensayos clínicos, esos inoculantes han demostrado que son seguros y eficaces para reducir el riesgo de desarrollar enfermedad grave si una persona de llega a contagiar de coronavirus.
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Un estudio científico reveló que los beneficios de esas vacunas podría potenciarse si se realiza actividad física después de recibir la vacuna. Detallaron incluso el tiempo de actividad, como una caminata rápida, debería ser lo ideal para conseguir aumentar la protección.
El estudio fue realizado por investigadores del Departamento de Kinesiología, el Programa de Inmunobiología y el Instituto de Nanovacunas de la Universidad del Estado de Iowa, en los Estados Unidos. Encontraron que hacer una caminata rápida larga, trotar o andar en bicicleta después de la aplicación de la vacuna contra COVID o de la gripe amplifica los beneficios de la inyección.
Dentro de este estudio, participaron 70 personas y unos 80 ratones. Se analizaron las respuestas de los anticuerpos después de una inyección de la vacuna contra la gripe o de las dos dosis de la vacuna ARN mensajero contra el COVID-19 de las empresas Pfizer y BioNTech. Se comprobó que las personas que hacían ejercicio durante 90 minutos justo después de la inyección producían más anticuerpo que las que no lo hacían.
Aunque los estudios son preliminares y deben probarse en un mayor número de personas, pero se suman a otras evidencias científicas que demuestran que si una persona se mantiene en forma y es físicamente activo se consiguen respuestas más fuertes al acceder a las vacunas. El trabajo fue publicado en la revista Brain, Behavior, and Immunity por el grupo de inmunobiólogos.
“La actividad física contribuye a una mejora del sistema inmune. Ya se había observado en los años noventa con la pandemia por el VIH: si los pacientes hacían actividad física, se favorecía”, dijo al medio Infobae el doctor Francisco Nacinovich, de la comisión de vacunas de la Sociedad Argentina de Infectología y jefe de infectología del Instituto Cardiovascular (ICBA).
¿Cómo se hizo el estudio?
Para la realización de la investigación, los científicos pidieron a los participantes que recibieron la vacuna contra la gripe o Covid-19 que también hicieran ejercicio. Comenzaron con adultos de 18 a 87 años de edad que decían hacer ejercicio ocasionalmente a que acudieran para recibir la vacuna contra la gripe.
Los científicos también coordinaron con los centros locales de vacunación contra el COVID-19 para reclutar a 28 hombres y mujeres que iban a recibir sus primeras dosis. Antes de las vacunas, los investigadores extrajeron sangre a todos los voluntarios para comprobar los niveles de anticuerpos.
Después, los investigadores asignaron aleatoriamente a los participantes a tomar asiento en silencio o a hacer ejercicio durante 90 minutos. Los minutos asignados fueron puestos gracias a una investigación que sugería que esa cantidad de ejercicio aumentaba sustancialmente la producción de una sustancia en la sangre, llamada interferón alfa, que puede desencadenar la producción de células del sistema de defensas del organismo.
Los voluntarios de ejercitaron a un ritmo ligeramente exigente, con el objetivo de mantener el ritmo cardíaco entre 120 y 140 latidos por minuto. Después de esto, los voluntarios fueron citados entre dos y cuatro semanas después de recibir las vacunas. Al cabo de un mes, los niveles de anticuerpos de todos los vacunados contra la gripe o el COVID-19 aumentaron considerablemente.
Aunque no fue un aumento enorme, si llegó a ser considerable, según Marian Kohut, profesora de kinesiología y miembro del Instituto de Nanovacunas de la Universidad Estatal de Iowa, que fue una de las coautoras del trabajo.
Analizando los resultados, los científicos encontraron que las personas que hicieron ejercicio tampoco informaron de efectos secundarios adicionales después de las vacunas. También se detectó que 45 minutos de ejercicio después de recibir las dosis no fueron suficientes para aumentar los anticuerpos.
Ejercicio tras recibir la vacuna
La mayoría de los estudios demuestran que mantenerse físicamente activo aumenta la protección contra los resfriados y otras infecciones leves del tracto respiratorio superior. Por otro lado, el ejercicio extremo podría socavar la inmunidad del organismo humano.
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Autor: I.S. con información de Infobae