¿Te cuesta trabajo dormir bien? Casi todas las personas tienen una noche de desvelo ocasional. Pero el 25% de las personas presentan problemas para conciliar el sueño con frecuencia.
Y los trastornos crónicos de sueño afectan a cerca del 10% de las personas. La principal causa de insomnio es la ansiedad. El ritmo de vida que llevamos nos produce estrés y preocupaciones que dificultan la relajación y el descanso adecuado.
Hoy te damos 5 tips para dormir mejor y más rápido.
Empieza bien el día
La Fundación Nacional del Sueño brinda una serie de consejos para lograr el ansiado descanso. Levántate siempre a la misma hora. Completa el desayuno con alimentos nutritivos. Si seleccionas bien tu desayuno, comenzarás el día con mucha energía y buen humor.
Enfría tu habitación para dormir
Según la Harvard Medical School, el descenso de la temperatura de nuestro cuerpo al quedarnos dormidos ayuda a regular el reloj biológico. Por lo tanto, y siguiendo la lógica de estos datos científicos, un cuarto cómodo, oscuro y que oscile entre los 15º y 19º C de temperatura sería lo ideal para un buen descanso.
Evita la cafeína
La cafeína es un estimulante muy poderoso que influye en el sueño. Está presente en productos como el café, té, sodas y chocolate y puede permanecer en el cuerpo entre 3 y 5 horas, pero a algunas personas puede afectarlas hasta 12 horas más tarde.
Haz ejercicio temprano
El ejercicio facilita el sueño y ayuda a dormir más relajado. Pero si lo practicas muy cerca de la hora de dormir, la temperatura del cuerpo estará muy alta y es necesario que ésta disminuya para que aumente el sueño. Debes esperar al menos 3 horas para ir a dormir después de ejercitarte.
Establece horarios para dormir
Para lograr tu cometido de dormir bien, necesitas establecer horarios en los que te irás a dormir y otros en los que vas a despertarte. Intenta no quedarte esos 5 minutos más después de que suena la alarma e incluso, en la medida en que sea posible, respeta estos horarios aún en los fines de semana.
Esto genera en nuestro cerebro una costumbre que pronto terminará por naturalizarse en nosotros, reforzando el ritmo circadiano natural del sueño y regulando las variables biológicas en intervalos de tiempo adecuado.