En una comparecencia ante el comité de Energía y Comercio del Congreso de Estados Unidos, el presidente y consejero delegado del consorcio automovilístico Volkswagen en Estados Unidos, Michael Horn, ha dicho que el escándalo de la manipulación del software en los motores diésel de la compañía está relacionado con un par de ingenieros –“ellos fueron los responsables”– y que no fue una decisión de la empresa.
Horn afirmó que es muy difícil de creer que la alta dirección de la compañía no tuviera conocimiento de estas prácticas y aseguró que no conocía ni sospechaba hasta la primavera de 2014 que su compañía estaba utilizando este tipo de dispositivos en algunos de sus modelos.
Según declaraciones recogidas por el diario ‘The Wall Street Journal’, Horn aseguró que Volkswagen ha suspendido de sus puestos a tres trabajadores de la compañía por este caso, aunque no desveló sus nombres para cumplir con la legislación alemana.
No obstante, señaló que la empresa no maneja un marco temporal concreto para presentar una solución concreta a este problema, aunque apuntó que la reparación podría necesitar entre cinco y diez horas por vehículo, aunque arreglar todo lo relativo a este escándalo podría requerir años.