Toyota Motor Corp., enfilada hacia utilidades históricas, puede cubrir la multa de 1.200 millones de dólares que le impuso el gobierno estadounidense por ocultar información sobre defectos en los vehículos de la marca.
El arreglo con las autoridades estadounidenses podría incluso brindar tranquilidad a los accionistas y clientes de Toyota como un indicio de que la fabricante automovilística ha superado su crisis de devoluciones que había durado cuatro años.
El presidente de Toyota, Akio Toyoda, declinó hacer declaraciones el jueves sobre el arreglo, en el que la empresa japonesa dijo que ocultó información sobre defectos que habían causado una aceleración involuntaria en los vehículos Toyota y Lexus que resultaron en lesiones y muertes.
Lo único que Toyoda declaró a la prensa fue lo que ha reiterado antes: “Hemos regresado a lo básico y puesto primero a los clientes”.
Dijo que no tenía nada que agregar a una declaración de la compañía que ha reiterado que ha cambiado sus operaciones para ser más responsable.
El fiasco de pedir a clientes devoluciones de los vehículos para hacerles reparaciones obligó a Toyota a la adopción de medidas, como aumentar las facultades a los administradores locales, acelerar las revisiones de las quejas y aumentar el cuidado y el tiempo al desarrollo de productos.
A partir de 2009, Toyota solicitó en varias ocasiones consecutivas a los clientes que le devolvieran los vehículos para hacerles reparaciones debido a diversos problemas que iban desde pedales del acelerador que se quedaban atascados, hasta frenos defectuosos y alfombrillas que no se ajustaban en su superficie, problemas que afectaron más de 14 millones de vehículos.
La multa de 1.200 millones de dólares es la más grande de su tipo impuesta a alguna empresa automovilística.
“Toyota ahora puede bajar el telón sobre el asunto y concentrarse en su verdadero negocio”, dijo Shigeru Matsumura, analista de la firma SMBC Friend Securities Co. “Toyota ha recuperado su impulso en Estados Unidos”, apuntó.
Cuando comenzó la crisis de las devoluciones, Toyota aún enfrentaba dificultades a causa de la desaceleración económica global que siguió al derrumbe de Lehman Brothers.
Más recientemente, en 2011, Toyota tuvo perjuicios a causa del desastre por un sismo y tsunami en el noreste de Japón, desastre natural que destruyó a plantas de componentes e interrumpió la producción de vehículos.
Actualmente, Toyota marcha sobre ruedas. Se ha beneficiado de una baja del yen que impulsó el valor de las ganancias en el exterior a los exportadores japoneses.