Muchos españoles seguramente recuerdan con nostalgia al Seat 600. Este auto fue de los consentidos de los conductores ibéricos y para prueba muchas unidades aún circulan por las calles.
El favoritismo hacia el modelo 600 tenía que ver mucho por su calidad, confort, pero sobre todo por su precio (63.000 pesetas), lo que lo convirtió en el primer auto de muchas personas de la época.
Durante su historia fue propulsado por dos motores. Los primeros años el responsable fue el 633 cc y que desarrollaba 20 caballos de fuerza, luego incorporó el 767 cc de 25 caballos de potencia. En sus últimos años el motor tuvo modificaciones que le permitió elevar su potencia máxima a 28 CV.
Hay que rescatar que el 600 marcó el despegue de la motorización en el país, además que fue el icono y parte fundamental de lo que hoy es Seat en el mundo.