La constructora Tesla sigue teniendo golpe tras golpe para poder consolidarse de una vez por todas en el mercado. El último revés lo propinaron los estados de Nueva Jersey, Arizona, Virginia, Maryland y Texas que no permiten al fabricante vender sus autos directamente.
La única manera en la que lo pueden realizar es cundo el intermediario local sea en encargado de llevarlo con sus clientes. Esto sin lugar a dudas en un duro golpe para la economía y trabajo de la empresa.
Tesla anunció que las primeras medidas consisten en el cierre de dos de sus salas. Solamente mantendrá abierto el centro de servicio que se ubica en Springfield, lo que le costará el trabajo a 27 personas.
Por si fuera poco en Colorado solo se pude tener un concesionario de Tesla.