En los días en los que el tráfico excesivo aparece en nuestras calles, es normal ver varios autos con el capó abierto y expulsando vapor y/o humo del mismo. A pesar de lo normal que se ha convertido el problema que se calienta el motor, el daño que puede causar en el automotor podría ser irreversible, además de significar mucha inversión económica en reparaciones.
Existen múltiples causas para este mismo problema y en muchos de estos pueden ser imperceptibles a primera vista, por lo que si te sucede en alguna ocasión es mejor no pasarlo por alto y darle la importancia que amerita.
Calor con calor se apaga: Por contradictorio que parezca si usted va en marcha y se calienta su motor, encienda la calefacción al máximo y estacione. Abra el capó sin parar el motor y examine si existen fugas, luego apague su motor con el contacto dado, y escuche si funciona el ventilador.
Falta de agua: Con mucho cuidado y un paño húmedo, gire suavemente la tapadera del radiador. No debe hacerlo rápidamente, ya que la presión del agua caliente podría expulsar violentamente su contenido. Si falta agua, ponga en marcha el motor con la calefacción a tope y rellene de agua.
Manguera y/o bomba rota: En estos casos lo mejor es llamar al mecánico para hacer el cambio. De necesitar seguir con su camino el silicón puede darle un tiempo de gracia con las mangueras, pero es necesario revisar constantemente los niveles de agua.
De ser la bomba el problema, el uso de una panty media en la bomba pueda ayudar, atándola por los extremos. Estas soluciones son temporales, ya que lo recomendable es el cambio de la pieza.
Los otros problemas que causan que se caliente el motor se resumen a los enchufes deteriorados, fugas extras, cables en mal estado. En estos casos parecerán inconvenientes menores, pero la importancia a darles es igual de prioritaria que en los demás escenarios expuestos.