Parece que a Tesla le llueve sobre mojado. El que prometía ser el constructor de autos eléctricos más importantes del mundo está teniendo varios golpes seguidos que lo hacen perder credibilidad ante los clientes.
La bofetada más reciente fue dada por la madre naturaleza. Luego que expertos en el Norte de Estados Unidos y Europa reportaron la pérdida de autonomía de las baterías del auto en situaciones de baja temperatura.
Se presume que las reducciones de autonomía alcanzan el 25% de las predicciones normales. Los casos más extremos se dieron en el Norte de Estados Unidos y Noruega en donde la capacidad de no necesitar recarga fue menor a los 300 kilómetros (400 km es lo ofrecido por el constructor).
Las razones principales se centran en componentes de las batería y en la utilización de la calefacción que consumo energía destinada al desplazamiento del Tesla. La compañía no emitió posibles soluciones a este inconveniente.
Esto llega en uno de los peores momentos para Tesla. A finales del 2013 tuvo grandes problemas por la explosión de una de las baterías y el incendio de otra de ellas.