En este filme los roles estelares los llevan Gael García Bernal, que interpreta a un héroe solitario; la brasileña Alice Braga, una princesa raptada; y un jaguar que le da el toque salvaje a este western chamánico a orillas del Río Paraná.
El largometraje está ambientado con sonidos de la jungla: el crujir de las ramas bajo los pies descalzos de García Bernal, los pájaros e insectos, los disparos de rifle surcando la selva densa y el rugido del jaguar.
El personaje al que da vida el actor mexicano es un justiciero enigmático que perdió su granja y a su familia y aprendió a pertenecer a la selva. Debido a su condición, un tanto salvaje, en algunas escenas García Bernal luce un abdomen y unos bíceps bien trabajados.
Quise mostrar a una persona que no tiene más que sus manos para valerse en un ambiente en el que no está en lo alto de la cadena alimenticia. Era importante ilustrar cómo hace un ser humano para convivir en un ambiente en el que él no está al mando, explicó el autor de la película.