“Voy a empezar la temporada jugando y espero aprovechar mi momento” fue lo que dijo el argentino Germán Lux antes de situarse de nuevo bajo el arco en la Liga española ante la Real Sociedad y el Valencia, dos partidos en los que sus acertadas paradas y haber dejado la portería a cero suponen un ‘bendito problema’ para su entrenador.
Lux (07-06-1982) se benefició de la baja por lesión de Fabricio Agosto , que le había arrebatado la titularidad en la octava jornada de la temporada pasada, y ha vuelto a sentirse portero y a brillar como este domingo en Mestalla, donde fue señalado por el técnico rival, el exguardameta del Deportivo Nuno Espirito Santo, como el responsable del 1-1.
“Nos encontramos una vez más con un portero que fue el mejor del partido” , explicó el entrenador del Valencia en la rueda de prensa que ofreció después del encuentro, en el que Lux contribuyó a dar un punto al Deportivo.
Tras el descanso, con el Valencia más volcado, el portero del Deportivo resolvió con seguridad cada llegada del rival: un cabezazo de Danilo que sacó sobre la línea, un lanzamiento de De Paul, una aproximación de Parejo y también un disparo desde la frontal y un mano a mano con Alcácer.
El canario fue fundamental en muchos partidos, también en el de la última jornada, ante el campeón, el Barcelona, en el Camp Nou (2-2), donde sacó un par de manos prodigiosas para evitar que el Deportivo cayera a la Liga Adelante.
Todavía con su contrato pendiente de renovar, Fabricio se lesionó en el último partido de la pretemporada y eso brindó a Lux la oportunidad de demostrar sus reflejos en el campo consciente de que “si un portero lo está haciendo bien, es difícil que le saquen” del once, como él mismo dijo antes de que el balón empezara a rodar esta temporada.
El dilema lo tiene ahora el técnico porque es probable que a la vuelta del parón por los partidos internacionales, el 14 de septiembre ante el Rayo Vallecano, Fabricio ya esté en condiciones de jugar.
No obstante, ese tipo de situaciones en las que la competencia es máxima son bien recibidas por los entrenadores, a los que les crean esos ‘benditos problemas’ de tener que decantarse por uno u otro.
Los dos han mostrado sus virtudes en el césped y han sabido comportarse como suplentes, con la paciencia que requiere una posición en la que no ser el elegido es sinónimo de ocupar el banquillo buena parte de la temporada.