Por tu cabeza ha cruzado la idea de que mereces que el esfuerzo que cada día haces en la oficina tiene que ser reconocido: quieres un aumento de sueldo.
En primer lugar debes considerar que un aumento de sueldo debe darse por tus resultados tangibles, así que lo mejor, antes de solicitarlo, es que hagas una autoevaluación de tu desempeño, lo más honestamente posible, para ir por esa merecida recompensa:
Argumenta y muestra tus resultados. Presenta los resultados cuantitativos que justifiquen esa solicitud y deben basarse en el cumplimiento de tus objetivos medibles, las veces que has llegado a tus metas o la resolución de conflictos.
Identifica y explota tu valor agregado. En un incremento de sueldo, la empresa privilegiará a los elementos que aportan un plus, que se preocupan por dar un valor agregado, como los que continuamente toman capacitación para superar las expectativas de productividad.
Elige el momento adecuado. Antes de hacer tu movimiento, debes investigar la situación económica por la que atraviesa la empresa y hasta el estado de ánimo de tu jefe.
Organízate. Expón tu petición de manera clara, arma un plan de acción y no te salgas de ahí sin haber puntualizado tus logros y tus cualidades.
Evita las comparaciones. Tampoco se trata de exhibir a tus compañeros, así que habla por ti. Mantén el enfoque en tu desempeño.
No te brinques jerarquías. Si ya tienes en la mira un aumento en tu nómina, busca el consejo de tu jefe directo.
Si ya hiciste todo el procedimiento y la respuesta es un no, tienes el derecho a preguntar las razones.
Tal vez existan otro tipo de beneficios o establece una fecha para insistir la solicitud. Si el argumento de la empresa es por un tema de desempeño, pregunta en qué áreas debes reforzar tu labor.
¡Y manos a la obra! Obtén el merecido aumento o mejora en tus resultados lo antes posible.