El deseo sexual de la hembras también aumenta con una nueva pareja, y no sólo en machos cómo se había documentado, reveló un estudio del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), que aplicaría de forma muy similar en las mujeres.
Según investigaciones anteriores, después de estar saciados o cansados sexualmente, sólo los animales de género masculino podían reanudar su actividad sexual si se les presentaba una nueva hembra receptiva y desconocida para él, una acción denominada Efecto Coolidge.
Sin embargo, la investigadora del Cinvestav del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Elisa Ventura Aquino, demostró que el Efecto Coolidge también existe en hembras y recalcó la importancia de la motivación sexual que, en el caso de la hembra, es particularmente importante para una cópula exitosa.
En el estudio, que formó parte de su tesis doctoral, utilizó un modelo de ratas donde demostró que a lo largo de un periodo de cópula repetida las hembras mostraron un declive en la motivación sexual, pero que la sustitución del macho por otro, produjo el repunte en las conductas de invitación sexual en la hembra.
La investigación indicó que las hembras presentan un aumento en la motivación sexual y el interés mayor por una pareja sexual novedosa, de manera similar a lo que ocurre en machos, según el comunicado.
Agrega que en la mayoría de las especies, incluido el ser humano, quien invita a la cópula es la hembra debido a una característica biológica particular que se asocia a la reproducción.
Detalla que de manera perceptiva no tiene sentido que las hembras copulen en sus etapas no fértiles, porque la conducta, en la mayoría de los animales (excluyendo el humano) sólo se asocia a la reproducción.
El investigador del Departamento de Farmacobiología del Civestav, Alonso Fernández Guasti, detalló que los resultados en modelos animales dan indicios de lo que puede ocurrir en mujeres.
Señaló que ahora se podrán estudiar los mecanismos de inhibición, estímulo y reanudación sexual generada por algo novedoso, para poder comprender los mecanismos cerebrales que regulan los aspectos motivacionales o apetitivos de la conducta sexual femenina.
Los investigadores aclararon que la sexualidad humana tiene componentes diferentes a la de los animales, sin embargo, los estudios podrían servir para proponer alternativas terapéuticas en el tratamiento de algunas disfunciones involucradas en la motivación sexual en mujeres.