México, 11 Ene (Notimex).- Aprovechar el potencial de toda una generación de jóvenes nacidos en México pero que han vivido y estudiado en Estados Unidos es uno de los principales retos de la política migratoria mexicana, coincidieron académicos y estudiantes.
Durante el seminario Dinámica demográfica y políticas migratorias en América del Norte que se desarrolla en El Colegio de México (Colmex), la directora de la institución, Silvia Giorguli Saucedo, explicó que la generación dreamer es un fenómeno inédito en la historia mexicana y enfrenta retos para su integración en ambos países.
En el encuentro, que contó con la participación de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY), indicó que principalmente desde los años noventas el perfil de la población migrante ha cambiado y es diverso.
Sin embargo sigue existiendo el perfil del migrante rural, hombre que trabaja en el campo y va y viene solo.
Subrayó que desde los noventas hay más claramente un perfil urbano, más mujeres, familias completas y niños que migraron. También ha cambiado el rango de edad y nivel de estudios de los migrantes mexicanos y la variedad de documentos y tipos de estancia legal.
México, dijo, es después de la India el país que más profesionistas y universitarios tiene en Estados Unidos y cada vez hay más migrantes mexicanos que llegan con estudios.
Desgraciadamente ese fenómeno no ha correspondido con un cambio en la forma en que se integran al mercado de trabajo estadunidense.
Externó que parte del reto que tiene ante sí la política migratoria en México en la actual coyuntura es que se ha consolidado una generación de mexicanos jóvenes, que ha vivido la mayor parte de su vida en Estados Unidos, que perdió contacto con este país y entrado en un proceso de movilidad educativa.
Empero, no hay canales formales para acercarse a ellos o garantizar su integración en caso de que sean deportados o decidan regresar por cuenta propia.
Giorguli Saucedo aseveró que los dreamers deberían tener movilidad laboral, pues los obstáculos de integración no sólo los tienen allá, también en México y tienen que ver con el reconocimiento de sus credenciales, de su experiencia, de la posibilidad de acceder a programas sociales y al mercado laboral mexicano.
Enfatizó que tenemos que ser coherentes que lo que estamos pidiendo allá seamos capaces de darlo aquí.
Tiene que haber una voluntad política para facilitar los procesos de integración, debe haber una actitud de tolerancia, que se les reconozca como mexicanos, que no se les discrimine por no hablar bien el español, pues muchos de ellos nunca han recibido educación formal en ese idioma.
Consideró que también es una gran oportunidad recuperar la tradición mexicana que se vio durante el exilio español y centroamericano del siglo pasado, así como de abrirse y aprovechar ese potencial que tiene la generación que se ha formado en Estados Unidos.
Por su parte Mauro Trejo, estudiante mexicano de la CUNY, expuso que en Estados Unidos la educación universitaria es un lujo incluso para los ciudadanos estadunidenses por su elevado costo.
Por eso programas como el DACA de la administración Obama le cambió la vida a muchos jóvenes en su misma situación, pues les permite estar legalmente en ese país por dos años, trabajar, estudiar y recibir becas.
Mauro nació en la Ciudad de México hace 23 años y desde que cumplió 11 vive en Estados Unidos con su familia. En entrevista, aseguró que en Nueva York se vive incertidumbre y miedo entre la comunidad migrante pues Donald Trump ha prometido quitar el DACA.
Dijo que los jóvenes en su situación ven la deportación como una posibilidad real y sería difícil recomenzar en un país en el que no se ha crecido, por ello enfatizó en la necesidad de que el gobierno mexicano busque acuerdos con el estadunidense.
Como ejemplo de su situación explicó que los casi 30 estudiantes mexicanos de Nueva York que asistieron hoy al seminario en la Ciudad de México, aunque tienen un permiso especial, podrían no poder entrar de regreso a los Estados Unidos si el agente migratorio así lo decide.
A su vez el concejal de Nueva York, Carlos Menchaca, aseguró que las necesidades de la población a la que representa son más abogados, servicios legales, así como servicios de salud y educación para migrantes con o sin documentos.
Asimismo, confió en que una vez que Donald Trump asuma formalmente la presidencia de los Estados Unidos gobierne para todos, lo que incluye a la población migrante.
Por su parte el cónsul de México en Nueva York, Diego Gómez Pickering, refrendó que ante la entrada de una nueva administración en Estados Unidos que pudiera o no” tomar medidas distintas en materia migratoria el gobierno de México está listo y al pie del cañón.
Agregó que en México se tiene una tradición de muchos años vinculada con el refugio y la migración, además de una experiencia práctica en políticas en la materia por ser país de origen, tránsito y destino de migrantes, por lo que ante el nuevo panorama confía en tener una política migratoria que sea ejemplo en el mundo.