NAIROBI, Kenia (AP) Los servicios de salud pública en Kenia se encuentran al borde de la parálisis, al prolongarse por segundo mes una huelga médica iniciada el 5 de diciembre. Los médicos exigen que el gobierno del presidente Uhuru Kenyatta aumente sus sueldos en 180%, cumpliendo un acuerdo de negociación colectiva firmado en 2013.
Se cree que decenas de personas han muerto por falta de servicios de emergencia. A principios de diciembre, Kenyatta dijo que al menos 20 personas habían muerto debido a la huelga.
Kenyatta en dos ocasiones ha pedido a los médicos que regresen al trabajo, apelando a su sentido humanitario hacia las masas que sufren y luego con la oferta de un aumento parcial de salarios.
El sindicato de médicos, farmacéuticos y dentistas rechazó ambas ofertas y exhortó al gobierno a pagar los aumentos prometidos.
En 2012, los médicos se declararon en huelga ante el deterioro de la atención de salud. Las salas de emergencia en algunos hospitales públicos frecuentemente carecen de guantes o medicamentos, y los cortes de energía a veces obligan a los médicos a iluminar los quirófanos con sus teléfonos celulares.
“Estamos hartos”, dijo la doctora Nelly Bosire, una dirigente sindical. El salario mensual básico de un médico es de 400 dólares, mientras el de un legislador es de 13.600, dijo Bosire. Los médicos piden aumentos salariales desde 1984.
El gobierno dice que el reclamo de los médicos generará pedidos de aumentos de otros funcionarios públicos. En tanto, una comisión de ética y anticorrupción investiga al Ministerio de Salud por la pérdida de millones de dólares.
El gobierno ha dicho que despedirá a todos los médicos en huelga que no hayan retornado al trabajo el miércoles. Una corte emitió una orden de arresto para los dirigentes sindicales que no pongan fin a la huelga como se les ordenó.
Pero la amenaza de despido no asusta a muchos galenos porque tienen otros negocios para complementar los magros ingresos públicos, dijo Bosire.
Sharon Andisi, que tuvo problemas al dar a luz a su bebé, dijo que apoya la huelga médica.
“He sufrido al desplazarme de un lugar a otro cuando ya había comenzado el trabajo de parto… Hubiera podido morir yo, o el bebé. El gobierno debería cuidar a los médicos. Sin duda, el gobierno nos perjudica”, dijo. “El gobierno no ve nuestro sufrimiento… El 90% de los que sufren son la gente común”.