Por Heriberto Araújo. Corresponsal
Río de Janeiro, 2 Dic (Notimex).- La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, dijo hoy en una declaración televisada que está tranquila luego que el líder del Congreso, Eduardo Cunha, aceptara a trámite un pedido de juicio político (impeachment) para destituir a la mandataria.
Rousseff aseguró que tiene la convicción y absoluta tranquilidad sobre la improcedencia y el archivamiento de la causa.
Cunha admitió este miércoles a trámite el pedido de la oposición para realizar un juicio político contra Rousseff por supuesto incumplimiento de la ley de responsabilidad fiscal.
De esta forma y tras meses de incertidumbre, se inicia el proceso contra Rousseff, que podría conllevar su destitución como presidenta de Brasil.
No tengo felicidad ninguna en practicar este acto, señaló el presidente de la Cámara de Diputados en declaraciones a la prensa, antes de asegurar que se trató de una decisión de mucha reflexión y dificultad.
Ahora, una comisión especial parlamentaria analizará si existen fundamentos jurídicos para procesar a la presidenta.
En caso de que se pronuncie favorablemente, el plenario de la Cámara de Diputados votará la eventual apertura del juicio político, que debe recibir el apoyo de dos tercios de la cámara baja -342 votos de un total de 513- para prosperar.
Ese proceso desde la apertura de la comisión especial hasta la votación- puede demorar meses, pero podría generar una escalada de la crisis política que enfrenta Brasil desde inicios de año y que se ha agravado por una recesión que se sitúa ya en el 3.2 por ciento para los primeros nueve meses de 2015.
El argumento jurídico de la oposición política se fundamenta en el supuesto incumplimiento de la ley de responsabilidad fiscal por parte del gobierno de Rousseff, al que la oposición acusa de utilizar artimañas para encuadrar las cuentas públicas.
Esta opinión fue respaldada en octubre pasado por el Tribunal de Cuentas, que en una decisión inédita rechazó las cuentas públicas del Ejecutivo en 2014, al entender que hubo irregularidades en el manejo de los gastos, en particular con el objetivo de cumplir el déficit fiscal, obligación gubernamental estipulada por ley en Brasil.
Sin embargo, la aceptación del pedido tiene como trasfondo una larga batalla política entre, por una parte, el líder del Legislativo, el conservador Eduardo Cunha y, por otra, el Ejecutivo y el oficialista Partido de los Trabajadores (PT).
Ese enfrentamiento se exacerbó este miércoles, después de que tres diputados del PT señalaron que votarán a favor de la destitución de Cunha como líder de la cámara baja en la comisión parlamentaria que lo investiga por mentirle al Congreso.
En fechas recientes, Cuhna aseguró que no tenía cuentas en Suiza, lo que fue refutado por documentos oficiales publicados por ese país europeo.
La comisión, formada por 20 parlamentarios, debate desde hace días si abre el proceso de destitución contra Cunha, pero para que la medida vaya al plenario debe recibir el respaldo de una mayoría simple diputados que la integran.
Los votos clave para determinar si se inicia el proceso de destitución del líder de la cámara baja recaen en tres diputados del Partido de los Trabajadores, quienes tras días de zozobra anunciaron este miércoles que sí votará favor de la destitución.