El Paraíso, Colima, vive etapa de rehabilitación tras paso de huracán

Por Jorge Alberto Ruiz Chávez. Corresponsal

Armería, Col., 27 Oct (Notimex).- Aunque pobladores de la comunidad El Paraíso, balneario que se ubica a nueve kilómetros de esta cabecera municipal, están ahora preocupados por las pérdidas sufridas tras el paso del huracán Patricia, expresan la confianza de que saldrán adelante.

Rostros angustiados, pesarosos y con lágrimas que corren por sus mejillas, es lo que ahora se observa en la gran mayoría de los 200 pobladores que integran la comunidad de El Paraíso,

Hasta la semana pasada era un sitio lleno de alegría, de atenciones, de servicios, de turistas. El Paraíso es ahora un lugar con afectaciones, donde prevalecen la tristeza y la desesperación por la pérdida de bienes, de mobiliario… y de esperanzas para seguir su vida con normalidad.

Aproximadamente medio centenar de establecimientos, entre pequeños hoteles, tiendas de artesanías, de abarrotes y, principalmente, restaurantes que ofrecían exquisitos platillos con productos del mar y refrescantes bebidas de todo tipo, especialmente cocos de la zona, ahora ya no existen.

En un primer tramo, la avenida principal, única del lugar, oficialmente llamada De la Juventud, popularmente conocida como Adán y Eva, se encuentra tapizada y atiborrada de arena, piedras y escombros.

Pero más adelante, conforme se avanza sobre la misma, el empedrado desapareció, socavado por la fuerza del oleaje causado por el huracán Patricia, por lo que, además, el pueblo está dividido por la naturaleza.

El paisaje antes bullicioso, aderezado por la brisa y el ruido de las calmosas olas preferidas por miles de turistas en el transcurso del año, ahora es desolador, y sus únicos visitantes son militares y marinos, personal del ayuntamiento, del gobierno estatal y de instituciones de auxilio y apoyo como DIF, Cruz Roja y Bomberos.

Todos, con una sola encomienda instruida directamente por el presidente Enrique Peña Nieto: La reconstrucción inmediata del lugar donde, dijo el jefe del Ejecutivo de la nación, se erigirá un nuevo Paraíso.

“En cada huracán o mar de fondo nos tumba algunas enramadas, pero éste nos acabó, nos dejó sin modo de sacar el sustento de nuestras familias… Usted lo ve, se acabó. El Paraíso está destruido…”, afirma el comisario del lugar, Víctor Zermeño Valdovinos.

Casi no habla, un nudo en la garganta se lo impide, y sólo nos dice que esperan el apoyo prometido por autoridades, pero se siente satisfecho con la visita de Enrique Peña pues, dice; “nos hacía falta para animarnos y saber que contaremos con la ayuda que sea necesaria”, dijo.

Pocos lugareños quieren o tienen tiempo de hablar, pues quien no está ayudando al personal militar y naval, solitariamente se aboca a acomodar el escaso mobiliario que Patricia les dejó o, simplemente, se apoltrona en una silla a observar con tristeza y llanto el panorama desolador.

Mientras, alrededor de 300 integrantes del Ejército Mexicano, y otros tantos de la Marina-Armada de México, se abocan a las labores de limpieza, de retiro de escombro mientras, más allá, maquinaria pesada es descargada y de inmediato dirigida a las áreas más destruidas.

En la mayoría de los habitantes de esta localidad se observa también el deseo, la voluntad y el esfuerzo para salir adelante, pues el apoyo gubernamental comenzó a llegar desde un día después, por lo que “estamos seguros de que vamos a salir adelante”, subraya el comisario Víctor Zermeño.

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