CASPER, Wyoming, EE.UU. (AP) Una nueva investigación de científicos de la Universidad de Wyoming encontró que las temporadas extremas de incendios forestales no son nada nuevo en la región de las Montañas Rocallosas: también ocurrieron hace cientos de años, después de que las temperaturas del planeta se habían incrementado ligeramente.
El estudio indica que temporadas extremas de incendios como la de 2012 podrían ser más comunes debido al calentamiento global. La gente que vive en la región puede esperar un nuevo ciclo normal de incendios forestales, dijo John Calder, un coautor del estudio publicado el lunes en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences (Actas de la Academia Nacional de Ciencias).
“Viviremos en un oeste diferente. Esto está ocurriendo ahora, y continuará sucediendo”, señaló Calder, un estudiante de doctorado de la Universidad de Wyoming.
Los investigadores estudiaron capas de partículas de carbón vegetal en sedimentos en el fondo de estanques en Mount Zirkel Wilderness, en el norte de Colorado, reportó el periódico Casper Star-Tribune (http://bit.ly/1VDz0QV).
Muestras tomadas en el fondo de los estanques mostraron que incendios forestales ocurridos hace 1.000 años fueron más de dos veces y medio más frecuentes que en el siglo XX.
“Esta es evidencia real de que las cosas se quemaron más; no estamos conjeturando”, dijo Bryan Shuman, un coautor del estudio y profesor de Geología y Geofísica de la UW. “Estamos mostrando que las cosas realmente sucedieron. Realmente estuvo más caliente aquí, y cuando eso ocurrió, hubo más incendios”.
Las temperaturas se incrementaron en promedio aproximadamente un grado Fahrenheit (0,55 Celsius) durante el período medieval porque el sol era más caliente y más brillante, dijo Shuman.
El clima se enfrió nuevamente al perder intensidad los rayos del sol. Pero las temperaturas han estado incrementándose nuevamente en las últimas décadas, en esta ocasión alrededor de tres grados (1,6 C), agregó Shumer.
Aunque los incendios podrían ser más grandes y más frecuentes en el futuro inmediato, ese podría no ser el caso a largo plazo. Las muestras de lodo muestran que después de un par de cientos de años disminuyó el incremento de incendios.
La disminución pudo haber sido ocasionada por un cambio en los bosques, como menos árboles o una densidad más baja de árboles, dijo Shuman.
“Nosotros ya estamos entrando a un nuevo mundo de incendios. Si ésta fuera la cadena de montañas en la que a uno le gustaría pescar o cazar, quizá uno vería quemada la montaña en un 25% en nuestro tiempo de vida”, señaló Calder. “En este nuevo mundo, en este nuevo régimen de incendios, uno verá la mayor parte de ella quemada en nuestro tiempo de vida”.