En Taiwán, un niño de 12 años se encontraba recorriendo una exposición de obras de arte del Renacimiento, cuando de pronto se tropezó y para evitar caerse se apoyó de una pintura, lo que provocó rasgaduras en una obra valuada en 1.3 millones de euros.
El incidente sucedió en el museo Huashan Creative Park, en Taipei. El cuadro dañado fue uno de 350 años de antigüedad del artista italiano Paolo Porpora. Al mirar el video de las cámaras de seguridad, las autoridades del museo determinaron que se trató de un accidente, por lo que absolvieron a la familia del menor de pagar los costos de restauración.