Benjamin Bennet, es un joven que quizá posea el canal de Youtube más extraño de todos, ya que en este sube videos de cuatro horas donde se le puede ver en una posición zen frente a una cámara, únicamente sonriendo y sin hacer nada más.
Los videos que ha subido no poseían audio, hasta la transmisión número 25. El joven se empezó a convertir en una sensación viral, ya que todo el mundo quería saber el motivo detrás del misterio.
Mientras que algunos especulaban que se trataba de arte o meditación, algunos otros estaban convencidos de que se trataba de una enfermedad mental.
Fue el portal Vice el encargado de resolver el misterio en una entrevista que le hicieron al joven, quien al ser preguntado sobre el motivo por el cual hacía los videos respondió: “No lo sé. Era algo que le faltaba a internet y parecía algo que tenía que ser hecho y nadie lo haría”.
Y agregó: “No hay un verdadero propósito. Mi correo está lleno de personas que me preguntan por qué lo hago, pero yo no creo que esa pregunta sea aplicable para este tipo de actividad. Esto puede colocarse dentro de una representación de arte en contexto, y estoy realmente interesado en las representaciones de arte y en la estética tradicional”.
Bennet también indicó que cualquier puede entender lo que realiza, y que es precisamente lo que suele confundir a las personas.
“Si alguien puede verlo, pienso que lo podrán entender. Incluso si creen que no lo comprenden, pienso que la percepción de no estar entendiendo es realmente la comprensión correcta”, relató.
El joven indicó que sus preparativos para antes de cada video son beber un poco de agua e ir al baño, además de que no consumir mucha comida en los días que va filmar.
Ben considera que sonreír es una parte integral de sus videos, si no lo hiciera parecería que estuviese meditando o alguien con un complejo de mártir y a nadie le gustaría ver eso.
“Pienso que sonreír es el mejor reflejo de como me gustaría abordar el mundo. Creo que contrarresta la gravedad de la duración”, aseguró.
Bennet relató que la mayoría de correos que recibe por su canal son muy positivos y que respaldan su inusual actividad.
“Creo que mucha gente que me escribe está realmente interesada en la meditación o la frecuentan y por eso les gusta lo que hago. Me dicen que los hace sonreír a ellos también”, concluyó.