Caracas, 21 Sep (Notimex).- Más de dos millones de personas se exponen diariamente a ser víctimas de robos dentro de las instalaciones del Metro de Caracas, ante la falta de vigilancia en sus instalaciones, denuncian los usuarios.
“En los últimos meses alrededor de 20 personas han sido robadas, a punta de pistola, por delincuentes que ingresan al sistema con sorprendente facilidad”, precisó Pedro Sánchez, coordinador de la Asociación de Usuarios del Metro de Caracas.
En dialogo con Notimex destacó que los carteristas y mendigos proliferan en casi todas las estaciones, especialmente en las de Catia, Petare y Sabana Grande las cuales han sido tomadas por delincuentes, minusválidos y vendedores informales.
“Existen bandas organizadas dedicadas al hurto con destreza y al robo de teléfonos inteligentes, laptops, relojes, cadenas y aretes de oro y hasta bolsas de comida, según nos reportan las víctimas de estos delitos, que lamentablemente ya se han hecho rutina”, apuntó.
“En el trayecto de la estación Colegio de Ingenieros y Plaza Venezuela, un joven como de 14 años me puso un cuchillo en el cuello y tuve que entregarle mi teléfono. El resto de los pasajeros lo que hizo fue apartarse”, dijo Rosa Pérez, secretaria de un juzgado mercantil.
José García, un obrero jubilado del Ministerio de Educación, refirió que hace unos días dos menores de edad le arrebataron una bolsa de comida dentro de las instalaciones del sistema. “Lo que más me duele fue el tiempo que perdí haciendo la cola (haciendo compras)”, lamentó.
Agregó que es tal la negligencia de los administradores del sistema Metro, que en lugar de ofrecer protección a los usuarios, solo les recomiendan por altoparlantes que se aferren a sus bolsos y que vigilen sus carteras.
En opinión de Sánchez el servicio prestado por el Metro de Caracas ha sufrido un gran deterioro. “La amabilidad que en un comienzo caracterizó a su personal desapareció por completo y ahora si solicitas alguna información no te responden”, dijo.
“Por otra parte, hasta los perros callejeros duermen su siesta en los andenes de las estaciones de Petare y Palo Verde, y a pesar de que existe un circuito cerrado de televisión, no son vistos por el personal del subterráneo”, detalló Sánchez.
Finalmente dijo que algunas estaciones, como la de Petare, se inunda cada vez que llueve y las escaleras mecánicas casi nunca funcionan, por lo que las personas con movilidad reducida y ancianos tardan hasta una hora subiendo a pie, poco a poco, las largas escalinatas.