El alto ejecutivo del FMI, que realiza una visita a Montevideo, dijo este viernes que la contracción de las economías de Latinoamérica representa un riesgo para Uruguay, que según estimaciones del organismo multilateral crecerá 3.0 por ciento este año.
Shinohara aclaró, sin embargo, que si las perspectivas llegaran a debilitarse, el tipo de cambio debería actuar como amortiguador, al tiempo que aseguró que Uruguay está en condiciones de mantener un crecimiento robusto.
La profundización de reformas estructurales para mejorar la infraestructura e incrementar la eficiencia de los mercados de trabajo realzaría la competitividad de Uruguay y reforzaría la capacidad de resistencia de la economía uruguaya, subrayó.
El representante del FMI indicó que ello sustentaría un fuerte aumento de la productividad y la inversión, lo que conduciría a una economía más próspera en beneficio del país sudamericano.
Señaló que este escenario se basa en que las perspectivas de la economía uruguaya son favorables, aunque insistió en que el entorno externo plantea riesgos. La disminución de crecimiento de los países vecinos podría continuar empujando a la baja la actividad económica, enfatizó Shinohara, pero consideró que el impacto global no debería ser tan fuerte como los efectos de contagio experimentados en el pasado.
El subdirector gerente del FMI opinó que esto se debe a que Uruguay ha diversificado el comercio exterior y ha reducido las vulnerabilidades de endeudamiento durante los últimos 10 años. Si las perspectivas llegaran a debilitarse el tipo de cambio debería actuar como el principal amortiguador y las reservas financieras podrían servir para suavizar todo exceso de volatilidad, enfatizó.
Sostuvo que para el FMI, es “clave” que el gobierno del presidente José Mujica logre “reducir la inflación para que se ubique en la banda fijada como meta” y en este sentido ve “favorablemente el endurecimiento de la política monetaria” reciente.