El presidente Enrique Peña Nieto envía el domingo su primer informe de gobierno al Congreso, en un entorno político y económico más complicado al que encontró hace nueve meses cuando llegó al poder y que generó un alto optimismo entre algunos sobre la posibilidad de hacer avanzar grandes reformas.
El mandatario sólo enviará el texto de su informe al Congreso, que el domingo inicia su segundo periodo ordinario de sesiones del año, y aunque hace unos días tenía previsto dar un discurso este mismo día lo cambió para el lunes en un intento por evitar tensiones en momentos que varios puntos de la capital se han visto sitiados por maestros opuestos a una reforma educativa.
En los últimos años el informe ha sido entregado a los legisladores por el secretario de Gobernación, cuyo cargo es visto como el segundo más importante después del presidente y que además de la política interna se encarga de coordinar los temas de seguridad pública del país.
La reforma educativa busca entre otras cosas hacer obligatoria la evaluación de profesores de educación básica para entrar y permanecer en sus puestos, aunque los maestros que se oponen dicen que esas modificaciones sólo buscar afectar sus derechos labores.
Algunas organizaciones han convocado a movilizaciones el domingo hacia el Congreso, donde las actividades iniciaran por la tarde.
Además de las protestas de maestros contra modificaciones en materia educativa, la izquierda ha manifestado su oposición a una amplía reforma energética con la que el gobierno busca permitir la participación de la iniciativa privada en áreas hasta ahora exclusivas del Estado como la producción y exploración de crudo.
El triunfo de Peña Nieto marcó el regreso al poder en México del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobernó de manera continua por siete décadas hasta el 2000, cuando tuvo su primera derrota que lo dejó fuera de la presidencia por 12 años.
Luego de que el gobierno anterior de Felipe Calderón (2006-2012) estuviera marcado por la lucha contra el narcotráfico y la violencia, que dejó unos 70.000 muertos, Peña Nieto cambió el discurso y aunque dijo que una de sus prioridades era recuperar la paz en el país se centró en la necesidad de impulsar reformas claves para detonar el crecimiento económico.
Peña Nieto llegó a la presidencia el 1 de diciembre y al siguiente día firmó el llamado Pacto por México, un acuerdo apoyado por los líderes de los tres principales partidos políticos y cuya meta es promover que las reformas en el Congreso salgan con el mayor consenso posible.
Ese pacto comenzó a rendir frutos cuando se aprobó una reforma constitucional en materia educativa en unas cuantas semanas y unos meses después otra en materia de telecomunicaciones.
Ahora, sin embargo, las discusiones de leyes secundarias que harán realidad la reforma constitucional sobre educación se han visto afectadas por la oposición de los maestros.
En materia económica, además, el gobierno ha tenido que reducir las expectativas de crecimiento de 3,1% hasta 1,8% para el cierre del año.