En el primero de los ataques, un suicida embistió con su camión cargado de explosivos contra un edificio de la policía en el pueblo de Injan, a 120 kilómetros (75 millas) al norte de Bagdad, dijeron funcionarios policiales. Después de la explosión se produjo un tiroteo entre otros atacantes y policías. Nueve agentes, incluido el comandante de la brigada, brigadier Ragheb al-Omari y su asistente, murieron, dijeron los funcionarios.
Horas después, otro atacante suicida detonó los explosivos que llevaba en su cinturón entre las personas que asistían al funeral de Nasir al-Alawani, un líder en la milicia suní opuesta a al-Qaida conocida como Sahwa, que había muerto el día anterior.
La policía dijo que la explosión dejó nueve muertos y 25 heridos en el ataque en la ciudad de Ramadi, a 115 kilómetros (70 millas) al oeste de la capital iraquí. La milicia Sahwa cobró notoriedad cuando se alió a las fuerzas estadounidenses en la lucha contra al-Qaida en lo peor de la guerra. Desde entonces ha sido un blanco de los insurgentes suníes que los consideran traidores.
Desde fines de diciembre, las ciudades del oeste de Irak han presenciado intensos combates entre las fuerzas de seguridad junto con sus aliados tribales suníes contra los milicianos vinculados con al-Qaida y otros grupos insurgentes. Los insurgentes controlan la ciudad de Faluya y partes de la capital provincial de Anbar, Ramadi.
En otro hecho de violencia, pistoleros mataron a cuatro soldados en un puesto de control del ejército cerca de la ciudad de Samarra, al norte de Bagdad. También secuestraron a nueve policías y se los llevaron, informó la policía. Además, el estallido de otros coches-bomba dejó tres muertos y 14 heridos en Dibis, un pueblo cerca de Kirkuk, a 290 kilómetros (180 millas) al norte de Bagdad.
La policía informó asimismo que una bomba estalló al paso de un convoy militar en el pueblo de Beiji, al norte de Bagdad, donde mató a un oficial y dos soldados. Nadie se atribuyó los atentados, pero llevan el sello de un grupo desprendido de al-Qaida que suele atacar a las fuerzas de seguridad para socavar al gobierno de mayoría chií.