“Siempre me he manifestado porque (Hugo) Chávez era un perro y éste (Nicolás Maduro) es peor”, dijo a The Associated Press el comerciante Alcides Maduro, de 39 años, al tiempo que con una antorcha encendía las bombas caseras que jóvenes y adolescentes lanzaban contra los policías.
Mientras los encapuchados lanzaban piedras y bombas caseras, decenas de mujeres del barrio permanecían afuera de sus casas y en las esquinas con cacerolas y banderas venezolanas para protestar en contra de la escasez de productos básicos y la creciente delincuencia. Carlina La Roche, de 65 años, se quejó de que varios disparos de perdigones alcanzaron su casa, donde vive con dos niños, debido a la cercanía al lugar de las protestas.
Aunque no participa de las marchas La Roche comentó que hay razones para hacerlo, citando la escasez de alimentos básicos como la leche, la harina de maíz y el aceite. “No hay ni harina para las arepas (especie de tortilla) y los venezolanos sin la arepa no somos nada”, dijo a AP.
Las manifestaciones que comenzaron el 12 de febrero en contra de la inflación, que en enero pasó el 50% anual, la delincuencia y la escasez de productos básicos han dejado 16 muertos, unos 150 heridos y 549 detenidos de los cuales sólo a 45 se les formularon cargos. El resto de los arrestados ya fueron liberados.
A diferencia de Caracas, donde los manifestantes provienen de las zonas residenciales, en Valencia las protestas se desarrollaban el miércoles en el barrio La Isabelica, habitado por la clase trabajadora de la zona industrial de la ciudad, 150 kilómetros al oeste de la capital.
El presidente Nicolás Maduro tiene previsto encabezar este miércoles una conferencia de paz en la sede del gobierno en busca de acuerdos para poner fin a las protestas. A la cita no asistirán los grupos de oposición.
En Caracas, mujeres opositoras marcharon para condenar los excesos de la Guardia Nacional en el control de las manifestaciones mientras campesinos y beneficiarios de programas sociales caminaron en apoyo al gobierno de Nicolás Maduro.
Encabezadas por la diputada opositora María Corina Machado y Lilian Tintori, esposa del detenido dirigente opositor Leopoldo López, en silencio y con una cinta negra atada al brazo derecho en señal de luto, las mujeres marcharon unos ocho kilómetros desde la sede de la Conferencia Episcopal Venezolana hasta el comando regional de la Guardia Nacional en el centro de Caracas. La marcha se desarrolló pacíficamente.
“Marchamos por los caídos, por los presos y los torturados hasta los comandos y destacamentos de la Guardia Nacional, aquí y en otras ciudades del país para apelar a su conciencia como ciudadanos y a su deber como soldados”, dijo Machado a la prensa. Agregó “¡basta ya de represión! El deber de un soldado es defender nuestro país, no atacar, reprimir y asesinar a los venezolanos”.
Las manifestantes fueron recibidas por mujeres miembros de la Guardia Nacional, quienes entregaron flores a la diputada Machado. Machado, por su parte, exhortó a los militares “a detener de inmediato la represión” y que se desarticulen las milicias armadas conocidas como “colectivos” que apoyan al gobierno.
Opositores y activistas de derechos humanos han denunciado que la Guardia Nacional y la policía han incurrido en “excesos” y “abusos” al contener las protestas, que según Maduro son parte de un plan de la oposición para promover un golpe de Estado.
La Fiscalía General anunció que ordenó la detención de cinco funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional que fueron imputados de los delitos de “homicidio calificado con alevosía y motivos innobles, uso indebido de arma orgánica (policial), quebrantamiento de pactos y convenios internacionales suscritos por la república” contra el uso de armas de fuego en manifestaciones, “asociación para delinquir y obstaculización a la administración de justicia”.
El caso de los agentes está vinculado con las muertes del estudiante universitario Bassil Da Costa y de Juan Montoya, un miembro de un grupo oficialista, anunció al Fiscalía en un comunicado.
Los agentes detenidos se suman a otros tres que ya fueron imputados por iguales cargos además de un comisario del Servicio identificado como Melvin Collazo, quien fue captado en vídeo y fotografías disparando durante la protesta estudiantil en las cercanías de la Fiscalía el 12 de febrero.
En tanto, campesinos, miembros de cooperativas y beneficiarios de varios programas sociales subvencionados por el Estado marcharon hasta el palacio presidencial de Miraflores, en el centro de la capital.
En los últimos cinco días oficialistas han organizado varias concentraciones en el palacio de gobierno en respaldo a Maduro, que enfrenta su primera crisis política desde que asumió en abril de 2013 luego de las elecciones realizadas ese mes tras la muerte del expresidente Hugo Chávez.
El miércoles amanecieron en su mayoría despejadas las principales avenidas y autopistas del este de Caracas que en días pasados fueron tomadas por decenas de manifestantes que levantaron improvisadas barricadas con materiales de desecho, alambres de púas y troncos de árboles.
La calma volvió también a la ciudad central de Maracay, sacudida la víspera por violentos incidentes que incluyeron saqueos de pequeños centros comerciales que dejaron atrás una estela de destrozos, constataron reporteros de AP.