Los bomberos registraban exhaustivamente las calcinadas laderas del norte de San Diego a fin de impedir el reavivamiento de las llamas que han arrasado la región, mientras las últimas decenas de miles de evacuados se aprestaban a regresar a sus casas.
La sensación de alivio el sábado se combinaba con el temor de que las altas temperaturas y la baja humedad apunten a una larga temporada de incendios.
El Departamento de Protección Forestal del estado ha respondido a más de 1.500 incendios en lo que va del año, en comparación con unos 800 durante un año promedio.
“Normalmente, no pongo equipo contra incendios en mi vehículo hasta fines de abril. Este año ni siquiera lo saqué”, dijo Kirk Kushen, jefe del batallón de bomberos del condado Kern. “En realidad no hemos llegado a completar la temporada de incendios de 2013. Ha sido una continuación”, agregó.
Por lo menos 10 incendios han ardido en el condado de San Diego, destruyendo 11 casas, un complejo de 18 apartamentos y dos negocios. Un cadáver calcinado fue hallado en un campamento.
El primer incendio fue causado por una chispa de un equipo defectuoso de construcción, informaron las autoridades estatales, pero podría tomar meses determinar la causa de los incendios más voraces.
La brisa del océano y el descenso de la temperatura el sábado ayudaron a los bomberos, que se concentraron en un incendio en la base Pendleton de la Infantería de Marina.
Muchas evacuaciones han sido suspendidas, inclusive algunas el sábado, pero no estaba claro cuándo se permitiría regresar a las viviendas, dijo Kendal Bortisser, portavoz del Departamento de Protección Forestal.
Las condiciones han puesto a los bomberos en estado de alerta a toda California. La agencia de incendio estatal se aprestó a incrementar el número de personas en la primera semana de abril, en vez de haberlo hecho a mediados de mayo.