El acuerdo extrajudicial involucra a los medicamentos expendidos en Estados Unidos bajo los nombres de Risperdal, Invega, ambas usadas contra la psicosis y Natrecor, un medicamento cardiovascular.
“El arreglo lidia con acusaciones de conducta que imprudentemente puso en riesgo la salud de algunos de los miembros más vulnerables de nuestra sociedad, incluyendo niños pequeños, ancianos y personas con impedimentos”, señaló el procurador de Justicia, Eric Holder.
La investigación criminal buscó determinar si la farmacéutica y otras tres subsidiarias comercializaron los tres medicamentos con beneficios que no fueron aprobados como seguros o efectivos, además de que pagaron sobornos tanto a facultativos como a farmacias.
“A través de estas presuntas acciones, las compañías se llenaron los bolsillos a costa de los contribuyentes estadounidenses, los pacientes y la industria privada de seguros. Encarecieron los costos para todos”, deploró Holder.
Una de las subsidiarias, Janssen aceptó haber promovido la droga como un tratamiento efectivo para pacientes no esquizofrénicos afectados por psicosis, cuando en realidad la medicina sólo había sido aprobada para tratar la esquizofrenia.