El gobernador republicano, Rick Perry, decidió que este sería el último de su récord de 14 años en el cargo y su salida inminente ha producido uno de los comicios de resultado más incierto en Texas en más de una década.
Los republicanos son favoritos para barrer con todos los cargos en juego, incluso el de Perry, pese a que la demócrata Wendy Davis está erigiéndose en una figura a nivel nacional y cuenta con 16 millones de dólares recaudados para su campaña. Ha renovado las esperanzas de los demócratas texanos, que no ganan una puja estatal desde hace veinte años pero que creen que la tendencia está cambiando.
Esa posibilidad, y la creciente influencia del senador Ted Cruz, paladín del Tea Party, ha inclinado a los republicanos de Texas más a la derecha. Algunos despotrican contra una “invasión” de inmigrantes que llegan tras la frontera de Texas, donde los arrestos de inmigrantes en situación ilegal prácticamente se ha triplicado en los últimos años pero que permanece a un tercio de sus niveles máximos. Otros prometen hacer más estrictas las leyes sobre el aborto e insistir en la prohibición del matrimonio homosexual, una de varias leyes estatales en ese sentido que los tribunales federales han declarado inconstitucionales.
Y un nuevo miembro de la dinastía Bush es candidato. George P. Bush, sobrino del expresidente George W. Bush e hijo del exgobernador Jeb Bush, hace su debut politico como candidato a comisionado de tierras. En vísperas de las elecciones primarias del martes, el joven Bush (considerado futuro líder del partido en Texas) dijo a los votantes que el mayor adversario este año es el presidente Barack Obama.
“Este es un llamado a la próxima generación de texanos”, dijo en un acto partidista el lunes en El Paso. “Quiero seguir librando la buena lucha”.
El clima frígido recibió a los primeros votantes. Los puestos de votación en Austin y alrededores abrían una hora más tarde debido al hielo en algunas calles y las autoridades electorales estatales instaron a algunos condados a planear alternativas en caso de que algunos puestos no pudieran abrir.
Seis de los principales cargos estatales carecen de titular; la última vez que Texas tuvo tantos cargos desocupados fue en el 2002, cuando Perry ganó su primer período. Mientras los demócratas se presentan casi sin oposición en sus primarias, tantos republicanos compiten por procurador general, controlador y comisionados de agricultura y ferrocarriles, que es probable que necesiten segunda vuelta en mayo