Desde los aumentos de impuestos a los ricos hasta las partidas para educación preescolar y capacitación laboral, el proyecto da a los demócratas una guía para el tema central de su campaña electoral, que es reducir la brecha creciente entre ricos y pobres en Estados Unidos.
Sin embargo, las presiones electorales y la parálisis causada por un Senado en manos demócratas y una cámara baja dominada por los republicanos significan que muchas propuestas del presidente Barack Obama están destinadas a no ser aprobadas.
El presupuesto es para el año fiscal 2015, que comienza el 1 de octubre y dejaría un déficit de 564.000 millones de dólares. El déficit más grande, provocado por la recesión, fue de 1,4 billones de dólares en 2009.