Visiblemente tenso y acompañado de su abogado, Niccolo Ghedini, Silvio Berlusconi llegó en torno a las 17:30 horas locales (15:30 GMT) a la sede en Milán de la Oficina de Ejecución Penal Externa (UEPE, por sus siglas en italiano). Estoy bien, estoy bien, fue su única respuesta a decenas de periodistas y ante las cámaras de televisión que lo esperaban antes de su ingreso a las oficinas.
Berlusconi fue recibido por la directora de la UEPE, Severina Panarello, con la cual concordó un programa operativo para realizar su trabajo a favor de la comunidad. En especial, el ex jefe de gobierno y Panarello establecieron la fecha y horario de la reunión mensual que mantendrán, el día de la semana en el que el sentenciado deberá acudir al asilo para ancianos y la modalidad con la que desarrollará su trabajo.
El pasado 1 de agosto, Berlusconi fue sentenciado por la Corte Suprema a cuatro años de cárcel por fraude fiscal en la compraventa de derechos televisivos de su sociedad Mediaset.
Sin embargo, debido a su edad (77 años) y a los beneficios de la ley del indulto aprobada en 2006 por el gobierno de Romano Prodi, la pena le fue conmutada por la realización de servicios a la comunidad por un periodo de menos de un año.
La semana pasada el Tribunal de Vigilancia estableció que el ex primer ministro deberá realizar labores sociales en el asilo para ancianos Cesare Boscone, cercano a Milán. Este miércoles, Berlusconi firmó el documento en el que aceptó las 12 reglas que deberá cumplir durante el periodo, que finalizará en marzo de 2015, en el que purgará la pena.
Según el reglamento, para la reeducación del sentenciado, Silvio Berlusconi deberá residir en Arcore, Milán, donde se encuentra su principal mansión, podrá viajar a Roma sólo entre martes y jueves y retornar a más tardar a las 23:00 horas del jueves. Para poder realizar otros actos, como participar en la campaña electoral de su partido, Forza Italia, tendrá que pedir permiso a la magistratura.
Berlusconi no podrá salir del país ni reunirse con otros sentenciados (que abundan en las filas de su partido), además deberá portar siempre una copia del decreto con todas sus obligaciones para mostrarlo a cualquier policía que se lo solicite. A Berlusconi le fue retirado el título de Caballero del Trabajo que le había sido conferido en 1977 por sus méritos empresariales.
Se prevé que el exprimer ministro comience la próxima semana sus labores sociales en el asilo, al que deberá acudir al menos un día a la semana por cuatro horas consecutivas. En declaraciones a la prensa, Panarello precisó que Berlusconi podrá realizar actividad política, porque de facto ese es su trabajo.