El instituto central alerta respecto de los riesgos de este tipo de activos debido a que no cuentan con ninguna regulación, ni garantía, ello ante el creciente interés a nivel global.
En un reporte, expone que el marco jurídico vigente tampoco reconoce a este tipo de activos como medio de cambio oficial, ni como depósito de valor u otra forma de inversión.
Hasta ahora, los activos virtuales no han tenido en México una penetración relevante. Sin embargo, el Banco de México desea advertir al público respecto de los riesgos inherentes a la adquisición de estos activos y a su uso como sucedáneos de los medios de pago convencionales.
Este tipo de dinero electrónico, reitera, no es emitido ni respaldado por la institución, por lo que no son monedas de curso legal, tampoco son divisas extranjeras porque ninguna autoridad monetaria extranjera las avala ni las expide.
Así, subraya, no tienen poder liberatorio de obligaciones de pago, por lo que su función como medio de pago no está garantizada, toda vez que los comercios y demás personas no están obligados a aceptarlos.
Señala que no regula ni supervisa ese tipo de activos virtuales y que las instituciones reguladas del sistema financiero mexicano no están autorizadas a usar ni a efectuar operaciones con ellos.
Expuso que en otras jurisdicciones ya se señaló el uso de estos activos en operaciones ilícitas, incluidas aquellas relacionadas con fraude y con lavado de dinero.
Además, abunda, no existe ningún tipo de garantía o regulación que asegure que los consumidores o comercios que adquieran este tipo de activos puedan recuperar su dinero.
Al no existir una organización identificable que emita estos activos o un tercero que asuma obligaciones por dichos activos, difícilmente procedería un recurso legal en caso de pérdida, detalla la institución.
En cuanto al precio de este tipo de monedas virtuales, explica que su precio en pesos mexicanos o en términos de otras monedas es determinado por las personas que aceptan comerciar con este activo, por lo que muestran una gran volatilidad.
Lo anterior, detalla, se debe a su carácter altamente especulativo y de la elevada sensibilidad de su precio a cambios en la confianza de los usuarios como cambios tecnológicos, surgimiento de nuevos activos virtuales y restricciones legales, entre otros.
En consecuencia, la adquisición y uso de estos activos conlleva un alto riesgo de depreciación y de pérdidas monetarias.
Así, insiste, las personas que aceptan este tipo de activos en intercambio de un bien o servicio, o lo adquieran, también deberán asumir los riesgos antes mencionados.
Si bien los activos virtuales actualmente no presentan un riesgo mayor para el sistema financiero ni para los sistemas de pagos, el Banxico, en coordinación con otras autoridades, seguirá puntualmente su evolución y sus potenciales implicaciones y, de juzgarse necesario, emitirá la regulación pertinente, añade el reporte.