El estatal Departamento Forestal de California informó por su lado que el fuego mantiene bajo amenaza a más de cinco mil viviendas y estructuras. El fuego que inició por razones aún desconocidas el pasado 17 de agosto ya destruyó más de 100 estructuras y ahora se teme que haya matado a miles de cabezas de ganado que tuvieron que ser liberadas para que escaparan de las llamas.
El Rim, que según versiones extraoficiales pudo haber comenzado en un plantío ilegal de mariguana, acabó con una extensa área de bosques que quedará en riesgo de deslaves cuando llegue el periodo de lluvias. Unos cinco mil bomberos que participan en las labores de contención, incluido un batallón de presos, integrado por hombres y mujeres, han impedido que el siniestro avance a zonas urbanas y a parte de las rancherías al pie de la sierra.
El último balance por el fuego reportaba además de las estructuras calcinadas, unos 60 millones de dólares en costo de movilización y sólo cinco bomberos heridos. Ninguna agencia ha informado sobre pérdidas de vidas humanas.
Los rancheros de la zona que han podido regresar a sus propiedades luego de desalojos obligatorias en semanas anteriores se han dedicado a buscar al ganado que fuera liberado para su salvación. Una portavoz forestal, Susan Forbes, dijo que cada día los rancheros han podido localizar a cientos de cabezas de ganado pero muchas otras más permanecen extraviadas.
El comando conjunto de autoridades forestales federal y estatal estimaba que el fuego sería declarado bajo control para el 20 de septiembre. El Rim es el cuarto incendio más grande en la historia moderna de California y el mayor que haya sufrido el bosque Parque Nacional Yosemite.
El fuego ha consumido miles de robles y pinos, y obligó a una operación especial para salvar a cientos de enormes árboles secoya, que tienen siglos de edad, y, según empleados de protección de Yosemite, algunos llegan al milenio.