Después de las quejas de varios usuarios que tras actualizar su iPhone o iPad se alentaba, como si su ritmo de procesamiento se hubiera ralentizado. Apple aceptó que lo hacía de forma deliberada, y ahora pidió disculpas y anunció una serie de medidas adicionales, en medio de un escándalo mundial por esta situación.
Este asunto le ha valido a Apple ocho diferentes demandas en Estados Unidos. También tiene procesos legales abiertos en Israel y Francia.
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La compañía emitió un comunicado en su página web para disculparse después de que admitiera que con sus actualizaciones hace más lentos los viejos iPhone y iPad, según con el objetivo de “prolongar la vida” de los artefactos, dijo.
En el comunicado la empresa de Cupertino, California, anunció que reducirá el precio de cambio de baterías fuera de garantía. Pasará de costar 79 dólares a 29 para cualquier iPhone 6 o posterior.
Además, en 2018 lanzará un software para que los clientes puedan monitorear el estado de la batería de sus iPhone.
¿Obsolescencia programada?
Desde meses atrás, conforme la popularidad de los iPhone y iPad se extendió de forma masiva en el mundo, muchos usuarios comenzaron a sospechar que la firma hacía más lentos los dispositivos de manera intencional.
Desde luego, en internet se relacionó a esta situación con aquel término comúnmente utilizado para identificar la ralentización intencional de los productos con fines mercadolígicos: obsolescencia programada, una táctica empresarial para disminuir la vida útil de aparatos electrónicos y toda clase de productos.
Tras el escándalo, la empresa de tecnología aseguró en su comunicado que sus medidas al respecto “están dirigidas a las preocupaciones de sus clientes, para reconocer su fidelidad y recobrar la confianza de quienes hayan dudado de las intenciones de Apple”.
Sin embargo, la fabricante del iPhone no precisó si revertirá con alguna actualización especial los fallos o apagones súbitos causados por sus problemáticas actualizaciones.